Esta es la historia de un burrito, muy querido por su dueño por ser fuerte y trabajador.
Un día paseaba por el pueblo y por un descuido tropezó con un pozo y cayó.
Atrapado en el fondo no tuvo otra opción que llorar y llorar, y su llanto resonaba por todo el lugar.
Su dueño escuchó su llanto y arrojó una escalera al pozo para que el burrito subiera. Pero desafortunadamente el burrito no podía subir por ella.
Una vez más el burrito se puso a llorar y llorar, y aturdía a todo el pueblo con sus gritos.
El dueño del burrito intentó arrojando una soga el fondo, pero esta vez no fue diferente, el burrito no pudo sujetar la soga para subir. Desesperado, el burrito lloró aún más fuerte, sus gritos se escuchaban hasta el último rincón del pueblo.
Desesperado, el dueño tomo una pala y decidió hacer lo impensable, rellenar el pozo con tierra. Era la única opción, el pozo estaba seco, el burrito no paraba de llorar y ya comenzaba a ser una molestia para los habitantes de aquel pequeño pueblo, además, así acabaría más rápido con su sufrimiento.
Palada tras palada, los gritos del burrito se hacían cada vez más fuertes, pero en cierto momento aquel incesante llanto cesó.
El dueño del burrito, con mucha tristeza, continuo con el trabajo de rellenar el pozo, hasta que… sorpresa! De aquel oscuro pozo el burrito su cabeza asomó y de un salto puso fin a su aparente final.
Esto sorprendió mucho al dueño del burro, ¿qué había pasado? ¿Cómo aquel pequeño burro pudo sobrevivir a tal cantidad de tierra?
La respuesta es más sencilla de lo que imaginas. Con cada palada, el burrito se sacudía la tierra de encima y daba un paso sobre esta, haciendo esto repetidas veces, sin notarlo, estaba cada vez más arriba.
¿Sorprendente? ¿no? Con un simple sacudón y un paso, nuestro pequeño burrito pudo salvarse de lo que sería un horrible final.
Eso mismo podemos hacer nosotros, muchas veces nos encontramos en situaciones como la de nuestro protagonista el burrito, muchas personas nos echarán tierra encima, dirán que no puedes, que no sirves para aquello que quieres hacer, tú sacúdete esa tierra y da un paso adelante, notaras que poco a poco lograras todo lo que de propongas a hacer.
Animo, tu puedes hacerlo, haz como el burrito.
Un día paseaba por el pueblo y por un descuido tropezó con un pozo y cayó.
Atrapado en el fondo no tuvo otra opción que llorar y llorar, y su llanto resonaba por todo el lugar.
Su dueño escuchó su llanto y arrojó una escalera al pozo para que el burrito subiera. Pero desafortunadamente el burrito no podía subir por ella.
Una vez más el burrito se puso a llorar y llorar, y aturdía a todo el pueblo con sus gritos.
El dueño del burrito intentó arrojando una soga el fondo, pero esta vez no fue diferente, el burrito no pudo sujetar la soga para subir. Desesperado, el burrito lloró aún más fuerte, sus gritos se escuchaban hasta el último rincón del pueblo.
Desesperado, el dueño tomo una pala y decidió hacer lo impensable, rellenar el pozo con tierra. Era la única opción, el pozo estaba seco, el burrito no paraba de llorar y ya comenzaba a ser una molestia para los habitantes de aquel pequeño pueblo, además, así acabaría más rápido con su sufrimiento.
Palada tras palada, los gritos del burrito se hacían cada vez más fuertes, pero en cierto momento aquel incesante llanto cesó.
El dueño del burrito, con mucha tristeza, continuo con el trabajo de rellenar el pozo, hasta que… sorpresa! De aquel oscuro pozo el burrito su cabeza asomó y de un salto puso fin a su aparente final.
Esto sorprendió mucho al dueño del burro, ¿qué había pasado? ¿Cómo aquel pequeño burro pudo sobrevivir a tal cantidad de tierra?
La respuesta es más sencilla de lo que imaginas. Con cada palada, el burrito se sacudía la tierra de encima y daba un paso sobre esta, haciendo esto repetidas veces, sin notarlo, estaba cada vez más arriba.
¿Sorprendente? ¿no? Con un simple sacudón y un paso, nuestro pequeño burrito pudo salvarse de lo que sería un horrible final.
Eso mismo podemos hacer nosotros, muchas veces nos encontramos en situaciones como la de nuestro protagonista el burrito, muchas personas nos echarán tierra encima, dirán que no puedes, que no sirves para aquello que quieres hacer, tú sacúdete esa tierra y da un paso adelante, notaras que poco a poco lograras todo lo que de propongas a hacer.
Animo, tu puedes hacerlo, haz como el burrito.